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Alonso hace bueno el dicho en el rally de Corea

>> lunes, 25 de octubre de 2010

Hasta el rabo todo es toro. El Gran Premio de Corea demostró que en la Fórmula 1 nada es seguro hasta que baja la bandera de cuadros. Un roce de una rueda con el piano de una recta puede poner patas arriba todo un campeonato. Una rotura de motor (una más en la cuenta de Sebastian Vettel) puede hacerte pasar de aspirante a favorito, porque eso es lo que le ha ocurrido a Fernando Alonso en el Gran Premio menos profesional de los últimos años.

El chaparrón que cayó en Cora puso de manifiesto que la organización se había hecho deprisa y corriendo, y el asfalto no se secó lo suficiente como para garantizar la seguridad
de los pilotos. Eso provocó una primera parte de carrera aburrida, con los pilotos detrás del safey car, una pena cuando un Mundial está en juego. Cuando se lanzó la carrera, se sabía que se trataba de no fallar, nadie podía ganar el Mundial, pero si perderlo. En esas condiciones, es cuando el asturiano se siente como pez en el agua.

La importancia de la fiabilidad

El deporte de la Fórmula 1 se basa en el binomio coche-piloto. Ambos tienen que funcionar para alcanzar el éxito, y para muestra un botón: Webber, líder del Mundial, estaba colocado en una cómoda segunda posición, perseguido por uno de sus rivales directos y a la estela del otro, pero un pequeño roce de su rueda con la zona pintada (que se usa para alargar la trazada cuando la pista está seca, pero que es imposible tocarla si está mojada porque se pierde el control total del vehículo) le hizo estrellarse contra el muro y vio como volaba su liderato: fallo del piloto.


Vueltas más tarde, Sebastian Vettel comandaba la prueba a falta de 9 vueltas para la conclusión, como había hecho desde el inicio, cuando el motor de su Red Bull dijo basta, su coche se paraba a la par que prácticamente se esfumaban sus opciones de título: fallo del coche.



Por detrás de ambos estaba Alonso, a lomos de su Ferrari, un Ferrari que ya es competitivo, que no se rompe, que lepermite luchar por los podios. Alonso supo
esperar su momento, incluso se repuso del error en boxes y recuperó el puesto perdido con Hamilton. El incidente de Vettel le colocaba líder, algo impensable tras la carrera de Inglaterra.





Las vueltas que da la vida en la F-1

Lo dicho, todo es posible en este mundo de la Fórmula 1, más todavía con este sistema de puntuación, un acierto de Eclestone en lo que a espectáculo y cambios en la general se refiere. Hamilton está otra vez en la pelea, Vettel tiene opciones, remotas, pero las tiene, y Webber se postula como el rival más fuerte para un Alonso que se ha convertido en máximo favorito de la noche a la mañana.


En Brasil puede ser matemáticamente campeón si gana y Webber no acaba entre los cinco primeros. Es complicado, pero todo puede pasar, incluso para él. La suerte le favoreció esta carrera, pero nunca se sabe que pasará en la próxima. Alonso debe hacerle caso al dicho, nunca debe olvidar lo que Corea dejó en evidencia pues, en el mundo del motor, hasta el rabo todo es toro. Brasil y Abu Dhabi dictarán sentencia a este Mundial espectacular.

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