La Copa del Rey recupera el esplendor de antaño

Las semifinales de esta temporada enfrentan a los dos grandes de nuestro fútbol, Real Madrid y Barcelona, con el actual campeón, el Sevilla, y la sorpresa anual, papel que ostenta el sorprendente Almería.

Los partidos de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey comenzaron a dilucidarse el pasado martes. El primer partido que se disputó fue el que enfrentaba a Sevilla y Villarreal en el Sánchez Pizjuán. El equipo de Gregorio Manzano traía un positivo resultado de la ida, un 3-3 que llenaba de confianza a la parroquia sevillista. El problema era que el equipo estaba pecando de una enorme irregularidad, venía de perder en casa ante el Espanyol en Liga, y el rival era el inspirado equipo de Juan Carlos Garrido. Sin embargo, esa noche tocaba la de cal, Renato adelantó a los locales en los primeros minutos,  y la gran pegada sevillista hizo el resto. Un claro 3-0 que clasificaba al actual campeón para la penúltima ronda de la Copa; sólo faltaba conocer rival, que saldría del derbi madrileño. Manzano se mostraba confiado se dar ese último paso.

La noche del miércoles dilucidaba la otra parte del cuadro. En el otro estadio sevillano, en el Benito Villamarín, el Betis sólo se jugaba el orgullo tras el 5-0 que le endosó el Barcelona en el Camp Nou. Los de Pepe Mel salió a morder ante el equipo de Guardiola, que salió con muchos suplentes. El Betis se puso rápidamente con 2-0 en el marcador y metió el miedo en el cuerpo a los culés, que comenzaron a recordar la remontada del Getafe que les dejó fuera de la final del 2007.  Pero un gol de Messi acabó con las esperanzas béticas, y el 3-1 final dejó a todos contentos. El Barcelona clasificado para las semifinales, y el Betis con su autoestima por las nubes, demostrando que está preparado para el reto de primera. Las palabras de Mel daban muestras de ello.

Dos horas antes se había definido el que sería el rival del Barcelona. En La Coruña, el Deportivo tenía que luchar por una complicada remontada ante el Almería, que traía un favorable 1-0 de la ida. Pero los de Lotina no pudieron lograrlo, nunca tuvieron opciones de remontar ante un Almería que se mostró muy sólido. El partido acabó con 2-3, un partido loco donde se vieron dos penaltis. El equipo andaluz hace historia al meterse por primera vez en las semifinales de la Copa del Rey. Se enfrentará al Barcelona el próximo miércoles sin nada que perder, con ganas de seguir haciendo historia y de paso vengar el doloroso 0-8 encajado en Liga. Seguro que tras su valioso empate la jornada pasada ante el Madrid, los pupilos de Oltra saldrán al Camp Nou con muchas ganas de demostrar que aquello fue un mero accidente.

Para el jueves quedó el duelo más esperado y emocionante de todos los cuartos de final, la vuelta entre el Atlético y el Real Madrid. El 3-1 logrado en la idea por los de Mourinho dejaba pocas posibilidades a la escuadra de Quique Sánchez Flores. Pero si algo tiene el aficionado atlético es ilusión y ganas de vencer al gran rival, y los dias anteriores al partido se respiraba un aire innegable de remontada. Pero cuando el balón comenzó a rodar la realidad volvió a la luz. Este Atlético es mucho menos equipo que el que logró la Europa League la temporada pasada. La baja del Kun deja al equipo sin referentes y sin imaginación, y en el terreno de juego no tuvieron nunca ni sensaciones ni posibilidades de remontar. El gol de Cristiano acabó con las pocas esperanzas rojiblancas, ponía el definitivo 0-1 en el marcador y devolvía al club blanco a las semifinales de la Copa tras muchos años de ausencia.

Hacía muchos años que no se veían unas semifinales con Barcelona y Real Madrid. Ese esperado duelo depende solamente de que logren superar ese último escollo. Pero lo que es seguro es que sus rivales andaluces no van a ponerles una alfombra roja. Tanto Barcelona como madrid deberán pelear mucho si quieren logran un puesto en la final. Lo dicho, la Copa recupera el esplendor de antaño.

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Milito decide quedarse en el Barcelona

Cuando todo el mundo daba por sentado que el argentino Gabriel Milito abandonaría el Barcelona en busca de más minutos, la situación dio un giro de 180 grados. El 'Mariscal' continuará en el Camp Nou al menos hasta junio; un problema menos en la cabeza de Pep Guardiola, que no deseaba su salida.

Jugaba el domingo a las 21:00 horas el Fútbol Club Barcelona su último partido de la primera vuelta de la Liga BBVA contra el Málaga. Un partido especial, pues podía ser el último de Milito en el Barcelona, que podía poner rumbo justamente hacia el equipo andaluz al cual se enfrentaban. 

El argentino se ha caracterizado siempre por ser un jugador extremadamente competitivo, un amante de los terrenos de juego, y su papel secundario esta temporada le estaba haciendo pasarlo mal. El problema se agravaba con el hecho de que el próximo verano se disputara la Copa América en Argentina, un torneo que le hacía mucha ilusión disputar, por lo que necesitaba jugar partidos para que el seleccionador se fijase en el.

Esa situación le hizo a Gabi pedir su salida del club que tanto le apoyó en su recuperación y donde es tan querido. Ese dato no lo ha pasado por alto la prensa y la afición, y muchos han criticado su actitud, pues el Barça tuvo paciencia y cariño con él cuando se lesionó la rodilla, le apoyó en su recuperación, y muchos no entendían que devolviera ese trato dejando el equipo a mitad de temporada y falto de recambios en el puesto de defensa central. Se recordaba el apoyo incondicional de Guardiola, lo bien tratado y querido que es en el vestuario, las ovaciones de la afición el día de su reaparición...todo para argumentar que estaba actuando egoistamente.

Sin embargo, nadie el el club lo entendió así. Un futbolista lo que quiere es eso, sentirse futbolista, y Milito, con 30 años y una importante lesión a sus espaldas, no podía dejar pasar estos últimos años. Zubizarreta, el director deportivo, afirmó que el club le ayudaría en lo que pudiera, y Guardiola aseguró que le dolía en el alma su salida, pero que lo entendía. Pero cuando todo parecía decidido, una conversación entre el míster y Gabi resultó tan trascendente que cambió la situación por completo. Milito decidió que no podía estar mejor en ningún sitio que en el Barça, se dio cuenta que estaba teniendo el placer y la suerte de vivir un momento único, jugaba con los mejores jugadores del planeta en el equipo que enamoraba y batía todos los récords. Sí, el quería jugar más, pero Pep le hizo ver que iba a desempeñar un importante papel, y el argentino aceptó el reto.

El Barça debe estar contento, pues sigue contando con un central de demostrada calidad cuando está en forma. Ayer, en el partido de vuelta de semifinales de Copa contra el Betis, Milito tuvo su primera oportunidad. No tuvo un gran rendimiento, incluso muchos le señalan como el pilar más débil en el encuentro de ayer. El equipo perdió tras 28 partidos invicto, pero fue un simple resbalón sin consecuencias. Gabriel ha decidido quedarse y luchar, lo que ha hecho toda su carrera. Habrá que esperar para ver si su decisión es acertada, si acaba celebrando títulos y liderando la zaga argentina en la Copa América, o por el contrario en junio se arrepiente de su decisión. Lo que ya es definitivo es que Milito continuará en el Barcelona esta temporada.


Resumen del partido de vuelta de la Copa del Rey. Betis 3-1 Barcelona. (2:40 min.) (Vídeo en portugués)

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